Escribo este poema motivado por la clase que tengo mañana de literatura en la que veremos a Ángel González.
Decía Ángel González
Decía Ángel González
que todo cabe en un poema;
es cierto.
Desde escupir o vomitar en él,
parir escarabajos,
atemperar el vientre
o morderte las uñas
mientras atenaceas a quien quieras:
al íntimo cabrón
que te arrebató a tu ex
quien ahora es tu amante
y se arrepiente tanto
de haberse equivocado por dos veces;
a tu amante de entonces
que ahora es tu mujer
y tiene una aventura
con el cabrón primero;
al ex de tu mujer
con quien hubo un desliz
en una rara noche
de ron y de prostíbulos
y que a su vez es primo
del vil cabrón de siempre;
a tu actual amante que era tu ex
y desencadenó todo este río;
o a ti mismo que ya no tienes uñas
para arañar a nadie
y ni siquiera sabes qué narices
pintas en este embrollo
en el que todo cabe,
«contraorden poética
por la que me pronuncio ciertos días»,
decía Ángel González.